Así como las hembras de muchas especies se sienten atraídas por el macho bien acicalado, también las impresiona el hecho de que otras hembras demuestren interés por él. Por buscar un ejemplo entre los animales: un macho Lebistes de las Barbados, acompañado por una hembra, es sumamente atractivo para las otras, aunque por sí solo no lo sea. Para los Lebistes, el color es magia y el color de preferencia es el anaranjado: cuanto más anaranjado sea el macho, más probabilidades tiene de que lo aborde una hembra. El doctor Lee Dugatkin, de la Universidad de Louisville, puso un acuario lleno de Lebistes hembras junto a los acuarios de machos. Cuando agregó hembras a uno de estos, para dar la impresión de que esos machos tenían compañeras, las hembras del otro tanque se volcaron hacia los machos con novia. Más aún: los machos con deficiencia de color podían superar su desventaja genética exhibiendo una pareja. Hasta los más claros (24% menos anaranjados que el promedio) mejoraban sus posibilidades si se dejaban ver con una Lebistes hembra. Sin embargo, las chicas no se dejaban cegar por completo: si un macho era un 40% menos anaranjado, no tenía suerte, por muchas hembras que nadaran en su estela.Creo que lo llaman "apareamiento por imitación". Es algo biológico. Aún recuerdo la escena de la comedia romántica Una rubia muy legal, en la que el tímido y no muy agraciado compañero de la actriz protagonista quería ligar con una joven maciza que lo rechazaba sin vacilar (de esos casos en los que nos sale del alma un "con esa/ese ni de broma"). Al ver nuestra protagonista que su amigo era rechazado con crueles alusiones a su imperfecto físico, inmediatamente fingió aparecer por sorpresa y dando a entender que se había acostado con él, le gritó bien alto que cómo había sido capaz de hacerle pasar la mejor noche de sexo de toda su vida y luego no volver a llamarla, lo insultó muy metida en su papel y se fue. Ante el asombro del muchacho, la otra chica empezó a mirarlo con otros ojos y le facilitó su número de teléfono. Tengo amigas que me han confesado que se emparejarían antes con un chico que haya estado con muchas chicas que con uno que haya estado con pocas o ninguna, es decir, que los prefieren con experiencia. Bueno, si lo vemos desde una óptica biológica, podría considerarse que si un hombre tiene mucho éxito con las chicas, significa que éstas sienten inclinación a elegirlo a él sobre otros, lo que podría significar mejores genes o mejor disposición para criar hijos. Naturalmente esto sería inconsciente, respondería a profundos instintos biológicos en la mujer que la impulsarían a ello sin saberlo, aunque algunas listillas que van "a la caza" del marido serían la excepción intencionada -y malintencionada :-PEl misterio de los genes, Dean Hammer y Peter Copeland
Esta misma estrategia funciona entre los humanos, siquiera hasta cierto punto. Todo hombre sabe que la mejor manera de llamar la atención es llegar a la fiesta acompañado por una mujer hermosa, siempre que no estén casados. Esto se debe a que una de las cualidades más importantes para una mujer, tanto en un compañero sexual permanente como en uno pasajero, es el compromiso. Desde el punto de vista de los genes femeninos, el sexo es sexo, ya lo motive una fugaz pasión por un apuesto desconocido, ya la obligación conyugal para con un esposo al que conserva como a un par de zapatos viejos. Si el resultado final puede ser un bebé, la capacidad de compromiso del compañero es importantísima.¿Entonces es cierto eso de que hombres y mujeres no buscan lo mismo a la hora de formar pareja? De todo hay en la viña de nuestro Señor (la naturaleza es muy sabia y se guarda ese as en la manga, dejando abiertas siempre todas las puertas, por lo que pudiera pasar) pero, en general y desde el punto de vista biológico, sí hay diferencia porque si la vida es una obra de teatro, el papel del hombre es distinto del de la mujer. Decirle a una chica a la cara que, aunque no sea de manera absoluta, siempre tendrá una cierta tendencia a, siempre que pueda, escogerlos guapos y ricos, sonará feo y puede tomárselo como una grosería sexista, pero es que hay poderosas razones biológicas para que sea así, y en cualquier caso, sería un proceso instintivo, y por tanto, inconsciente -salvo las que sois unas harpías :-P
Volvamos a nuestra investigación en el bar para solteros, donde ellos se mueren por las jovencitas apetitosas y ellas se reservan para los caballeros altos y ricos. Ya es hora de cerrar, todo el mundo está recogiendo los abrigos y tú, aún a solas. ¿Con qué te conformarías? Para los hombres, la respuesta es simple: con cualquier cosa que aún pueda caminar. En una encuesta, el 75% de los varones universitarios se declaró muy dispuesto a mantener contacto sexual con una mujer atractiva, aunque no supiera absolutamente nada de ella. Pero cuando se preguntó a las mujeres si aceptarían hacer el amor con un desconocido apuesto, hubo un 0% de respuestas afirmativas. Ante la pregunta: "¿Qué es lo que importa para mantener contacto sexual con alguien?", los hombres eran menos exigentes que las mujeres en casi todas las categorías, incluyendo educación, inteligencia, simpatía, sentido del humor y personalidad. Tampoco les molestaba la ignorancia, una posición social baja, los excesos en la bebida ni el egoísmo, ni siquiera la inestabilidad mental. Mientras que las mujeres querían saber al menos algo de un hombre antes de aceptarlo como compañero sexual, ellos solo parecían buscar una vagina en buen estado de funcionamiento.Para la evolución, el papel de la hembra es seleccionar al mejor macho (sano, fuerte, inteligente, etc), que le proporcionará crías sanas con altas probabilidades de sobrevivir y continuar la especie. El papel del hombre es, básicamente, mojar el churro, competir por ser el elegido y serlo el mayor número de veces posible, porque así hay un mayor número de posibilidades de perpetuación de la especie. Por eso, aunque la infidelidad se da en ambos sexos, es más frecuente en el sexo masculino. Por eso, en general, la mujer valora el compromiso más que el hombre (porque no es compromiso para ella sino para su descendencia). Por eso dicen Allan y Bárbara Pease en tono humorístico, que si una mujer ha sido infiel y afirma que no ha significado nada para ella, seguramente está mintiendo, mientras que si un hombre ha sido infiel y afirma que no ha significado nada para él, seguramente está diciendo la verdad :-P
Una antigua compañera mía de trabajo me confesaba un día que si bien la riqueza no era algo determinante a la horar de valorar un posible emparejamiento y que no le importaba que el chico no tuviera un gran coche o varias propiedades inmobiliarias, nunca escogería para tener una relación estable a una persona cuya situación fuera similar a la de un vagabundo. Sé que también hay factores culturales que influyen en esta cuestión, y ya decíamos que el ser humano es el único animal capaz de imponer su voluntad (razón, valores, etc) sobre sus instintos. Dónde situar el límite, hasta qué punto puede hacerlo y hasta qué punto es esclavo de sus genes, ya es harina de otro costal, aunque el experimento de los ratones que os comentaba en el post de la infidelidad da bastante en qué pensar.
Todas estas diferencias entre lo que desean los hombres y las mujeres (belleza versus dinero, juventud versus madurez, liviandad versus compromiso) podrían ser genéticas, por lo que parece. Como se las observa en todas las sociedades humanas, no es posible que sean puramente culturales. En muchos casos también se las encuentra en otras especies, de modo que es probable que se hayan conservado evolutivamente. Y son diferentes entre una persona y otra (no todos los hombres son cachondos, no todas las mujeres gazmoñas), lo cual señala diferencias genéticas individuales.Naturalmente, como ya he apuntado en reiteradas ocasiones, todo ocurre inconscientemente, porque no creo que en plena faena sexual alguien esté pensando conscientemente: -¡Oh, Dios, sí, estoy perpetuando la especie!!- aunque de todo se ha visto en esta vida :-P
Esto es todo por hoy, pásenlo todo lo bien que puedan y pórtense todo lo mal que les dejen